Un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se desintegra por completo en la atmósfera. La luminosidad dejada al desintegrarse se denomina meteoro.
El término meteoro proviene del griego meteoron, que significa
"fenómeno en el cielo". Se emplea para describir el destello luminoso
que acompaña la caída de materia del sistema solar sobre la atmósfera
terrestre. Dicho destello se produce por la incandescencia temporal que
sufre el meteoroide a causa de la presión de choque (el aire atmosférico
se comprime al chocar con el cuerpo y, al aumentar la presión, aumenta
la temperatura, que se transfiere al meteoroide), no de la fricción. Esto ocurre generalmente a alturas entre 80 y 110 kilómetros (50 a 68 millas) sobre la superficie de la Tierra.
Generalmente, un meteorito en la superficie de cualquier cuerpo celeste es un objeto que ha venido desde otra parte del espacio.
Los meteoritos también se han encontrado en la Luna y Marte.
Los meteoritos cuya caída se produce delante de testigos o que se logran
recuperar instantes después de ser observados durante su tránsito en la
atmósfera son llamados 'caídas'. El resto de los meteoritos se conocen
como hallazgos.
Los meteoritos se nombran siempre como el lugar en donde fueron encontrados,
generalmente una ciudad próxima o alguna característica geográfica. En
los casos donde muchos meteoritos son encontrados en un mismo lugar, el
nombre puede ser seguido por un número o una letra (ejemplo: Allan Hills
84001 o Dimmitt (b)).
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